Entrevista a Joaquín Muñoz Gallardo
Ilustraciones Históricas
“Una guerra es un acto brutal y despiadado, donde el ser humano puede sacar lo peor de sí.”
¿Quién es Joaquín Muñoz Gallardo ?
Bueno, primero que todo, me gustaría dar mis saludos y
agradecimientos por invitarme a ser parte de esta entrevista.
Me es muy grato poder presentar mi trabajo, no solo por medio
de los mismos dibujos, sino que, a través de estas líneas, en las cuales espero
que el lector conozca aún más de mí y de mi hobby, así como de las historias que
estos representan. Soy traductor técnico EN-ES desde hace 2 años (es lo que
estudié) y es a lo que me dedico de manera profesional. Mis hobbies favoritos
son dibujar y andar en bicicleta por cerros. Con respecto al primero de estos,
me he dedicado de manera amateur desde que tengo uso de razón, pues desde muy
pequeño me mostré interesado en el dibujo, ya que mi abuela y mi mamá me
fomentaban esto cuando me hacían dibujar barquitos y muchas otras cosas. Con el
tiempo, por lo que me han contado, me gustó la cosa y, bueno… aquí estoy.
¿Desde cuándo surge tu interés por dibujar personajes y episodios históricos?
La verdad es que no recuerdo en qué momento de mi vida empecé
con el tema histórico, ya que desde que tengo uso de razón me gusta la cosa. Lo
que sí puedo decir es que es mi papá fue el que me compartió ese gusto por la
historia. Bien recuerdo las visitas al Huáscar que hacíamos con mi familia
cuando no tenía más de 10 años. Con el tiempo comencé a interesarme por la
Segunda Guerra Mundial y todo lo relacionado con ella (¡era casi una
obsesión!), pues en el colegio lo único que hacía era dibujar uniformes,
tanques y batallas de los distintos bandos en contienda. Leía sobre la historia
de Chile, pero no era tanto como mi afán por el teatro europeo. Además, cuando
niño mi papá me regaló un tomo de Histocomix, «Mil recuerdos de gloria», el
cual recuerdo leerlo y copiar sus dibujos infinitas veces. Ya hace unos años
fue cuando leí la trilogía de Carlos Tromben («Huáscar», «Balmaceda» y «Santa
María de Iquique»), y que las circunstancias de la vida me llevan a pasar un
buen tiempo en Perú, activando nuevamente ese interés por los episodios
nacionales, siempre centrándome en la Guerra del Pacífico o del guano y
salitre. Es así como termino dibujando episodios de la Guerra de 1879 y,
últimamente, sobre la Guerra Civil de 1891.
¿Qué dibujantes tienes como referente o mentores para desarrollar tus creaciones?
Mis referentes nacionales serían Christian Olivares de Histocomix, Juan Crass, Christian Rivadeneira, Javier Campos S. y Patricio Greve; así como las obras de Thomas Somerscales y Pedro Subercaseaux, quienes retrataron episodios nacionales de manera magistral (ojalá llegar a pintar como ellos algún día, jajaj). Fue gracias a los comics de Christian Olivares que hice mis primeros dibujos de la guerra contra el Perú y Bolivia, y es gracias a las ilustraciones e investigaciones de don Patricio Greve que puedo realizar los dibujos con la precisión histórica que me gusta lograr. En los trabajos de don Patricio he visto a un ilustrador muy bueno, que ha hecho algunos de sus dibujos; lamentablemente, no sé su nombre. Fuera de Chile, soy muy fan de los trabajos de Don Troiani, Jeff Trexler, Keith Rocco y Graham Turner; todos ellos ilustradores o artistas históricos cuyos trabajos son impresionantes, basados principalmente en la independencia y guerra civil estadounidense.
¿Cuáles son los temas o episodios históricos que más te interesan graficar?
Principalmente, me enfoco en la Guerra del Pacífico. Me gusta
retratar las batallas tal como fueron, los lugares, en qué parte y momento de
la batalla estuvieron las unidades: los uniformes; lograr la mayor precisión al
ilustrarlos, para así tener una aproximación a cómo eran en ese entonces. De
esta forma, empezar de a poco a romper los clichés que se tienen sobre esta
guerra, pues ¿todos vestían de rojo y azul como se cree?
Lo mismo me pasa con la Guerra Civil de 1891, en la cual
estoy enfocado casi al 100 %, últimamente. Aunque con esta tengo una relación
distinta, más cercana, ya que soy de la V Región (Quilpué/Villa Alemana).
Pero a esta guerra le sumo otra cosa, la cuál es el olvido.
Con los dibujos pretendo traer a la memoria aquellos episodios que, por la nula
educación del tema o vergüenza, han quedado en el completo olvido.
Finalmente, para terminar la respuesta a esta pregunta, me
gustaría agregar que, en cada uno de mis dibujos, trato de alejarme un poco de
esta versión algo más «chovinista» de la historia, para centrarme en el
soldado, en sus emociones, pensamientos y vivencias. La guerra puede traer
muchos sentimientos, pero nunca debemos olvidar que esta es cruel, violenta,
horrenda y que trae devastación a los pueblos que la viven.
¿Qué textos, libros, crónicas o relatos históricos te han generado mayor inspiración?
¡Muchos! Jajaja… Sin embargo, me quedo con «Mi campaña al
Perú», de Justo Abel Rosales; «Lo que yo vi, apuntes de un reservista sobre las
jornadas del 13 y 15 de enero de 1881», de Alberto Ulloa; «Mi diario de
campaña», de Alberto del Solar; «Seis años de vacaciones», de Arturo B. S.,
«Recuerdos de 1891», de Ricardo Cox; «Reminiscencias de un ex tercerano», de
Víctor J. Arellano; y, finalmente, «La revolución de 1891», de Aníbal Bravo
Kendrick.
¿Cuáles son tus vínculos con Perú y qué nos puedes contar de aquel maravilloso país y de su gente?
La vida me llevó al Perú por primera vez el año 2015, cuando
viajamos con mi familia a Arica y pudimos ir por el día a Tacna; aunque, por
tiempo no pasamos al Campo de la alianza. Luego de varios años, la vida me
llevó hasta Lima, ciudad que prácticamente intercambiaba con Quilpué hasta hace
unos años. Por lo tanto, podríamos decir que mi relación con aquel país es casi
familiar. Incluso llegó un momento donde era “uno más” y pensé hacer mi vida
allá. Perú es un país maravilloso y cargado de cultura e historia. Estos
aspectos fortalecieron mis lazos con la historia chilena, ya que pude recorrer
los campos de batalla, donde muchos de mis compatriotas entregaron su vida, así
como muchos peruanos la dieron en la defensa de su tierra. La verdad es que me
siento afortunado y privilegiado por haber podido caminar por Chorrillos,
Miraflores, Callao, Ancón y la sierra central peruana; estar en Huancayo y
Concepción hace que se le erice la piel a uno.
Por cosas del destino, mi travesía por el país del norte
terminó el año 2020, cuando tuve que volver en plena pandemia (fui uno de los
repatriados). Sin embargo, me quedo con los mejores recuerdos de esa tierra y
de su gente. Si, quien lea esta entrevista, tiene la oportunidad de viajar para
esos lados, se lo recomiendo completamente. ¡No se arrepentirá, sobre todo si
le gusta la gastronomía!
¿Cómo ha sido tu experiencia participando en asociaciones de recreacionistas históricos?
Desde muy chico me interesó la recreación histórica, pero por
temas monetarios solo me conformaba con ver los videos en YouTube, jajaja…..
Después, empecé a asistir a eventos, acá en la quinta región, donde se
empezaron a llevar a cabo caminatas con recreadores históricos; todo esto en el
marco de la Guerra Civil. El año pasado tuve la oportunidad de poder ingresar a
Aconcagua Recreación e Investigación Histórica, un grupo de recreadores que
trae la historia a la vida, y puedo decir que la recreación histórica es un
excelente medio para poder llegar a la gente. Las personas pueden ver los
uniformes, escuchan y viven en carne propia lo que pudo haber pasado hace
muchos años. Esto es importante, ya que no todo el mundo tiene la capacidad de
leer libros tan técnicos o algo tan simple como el acceso a la información o a
la educación; esta última tan abandonada y comercializada en este país.
En Aconcagua hay dos unidades principales, el Regimiento 3ero
de Línea presidencial y el afamado regimiento congresista Constitución 1ero de
Línea. En mi caso, recreo a un soldado del regimiento balmacedista Pisagua 3ero
de Línea. Esta unidad quedó casi completamente diezmada en Concón, perdiendo
casi la totalidad de sus efectivos.
Para terminar, los dejo completamente invitados a visitar la
página de Facebook e Instagram de Aconcagua Recreación e Investigación
Histórica, para que puedan saber y asistir a los distintos eventos y caminatas
que se realizan cada año. ¡La historia cobra vida!
Con respecto a la guerra civil chilena del año 1891, ¿Qué lecciones crees que podemos rescatar para las generaciones actuales de aquel sangriento conflicto?
Antes que nada, quisiera recalcar que esta es una opinión
netamente personal. De ninguna manera hablo en nombre de alguien o de algún
colectivo. Lo principal, es que una guerra es un acto brutal y despiadado,
donde el humano puede sacar lo peor de sí y, además, un lugar donde pelean los
que no se conocen para darle el gusto a los que sí se conocen. Asimismo, creo
firmemente que una guerra civil entre compatriotas, donde la política está
presente, puede ser mucho más sangrienta que una guerra contra un enemigo
extranjero. En los tiempos en que vivimos, donde la política está reemplazando
a la religión, esto puede ser algo que puede consumir a una sociedad y, por
consiguiente, hundirla en otro conflicto civil.
Dicho lo anterior, es por eso que se debe estudiar y aprender
las lecciones que nos deja aquella sangrienta contienda de 1891. Nunca olvidar
a sus actores, a aquellos que voluntaria o forzosamente dejaron sus cuerpos y
su sangre, tanto en los campos de batalla de la zona central como del norte del
país. Hoy en día, estos lugares están plagados de basurales legales e ilegales,
olvidados y arrasados por inmobiliarias, empresas o asentamientos humanos. Un
triste olvido que nos recuerda lo desechables que podemos ser para quienes, a
lo largo de la historia, han dirigido el rumbo del país.
Qué nunca más vuelva a ocurrir así en nuestro país, esa es la
lección.
¡Nuevamente, dar las gracias por esta entrevista y espero que sea del agrado del lector!
Saludos cordiales,